Carlet
Dormitorio donde reinan la calma y la sensación de recogimiento; situado en la planta noble del edificio, con vistas a los jardines de a mediodía y a la piscina de agua salada, siempre a punto para los huéspedes en tiempos de veraneo.
Dispone de dos camas individuales olotines de estilo barroco y una mesita de noche a juego, según la documentación conservada, típicamente pintadas de carmesí con el tinte extraído de la tierra volcánica.
Aun así, la habitación está equipada con un abastecido armario y un mueble-tocador decorado con motivos solares.
Aposento ideado para dos personas, con somieres adaptables para conseguir una mejor comodidad, o también disponible para ampliar la capacidad a cuatro huéspedes, puesto que hay una puerta interior que comunica con otra habitación doble llamada Fredolic.
Su baño está equipado con un amplio plato de ducha y con un fondo de baldosa único en la casa, dispone de una jabonera con champú y hielo.
También hay una gran pila y un bonito espejo que, originariamente, servían de antiguo lava-manos de la casa.
Esta habitación ofrece una amplia salida a la galería de la primera planta, un espacio cubierto por arcadas de medio punto donde estar solo o en pareja y con una bonita mesa redonda de mármol, para poderse relajar o disfrutar del silencio, como también disfrutar de la lectura o escuchar música rodeados por los frondosos bosques meridionales de Sant Martí de Centelles y Bertí.
El paso al aposento se mantiene como fuese originariamente desde el espacio común de encuentro y acceso a las cuatro grandes cámaras de la masía; un gran y elegante salón, equipado con cómodo mobiliario restaurado de nobles materiales para poder leer, estar con la familia, haciendo sobremesa o sencillamente gozar del receso que ofrece este armonioso encuentro.
Tanto hoy día como en el pasado, el encanto y el bienestar natural de la disposición de la cámara han seducido a los visitantes, haciendo que, durante la década de los años cuarenta del siglo pasado, Mercè Figueres, musa del poeta Màrius Torres i Perenya, la reservada para sus temporadas de retiro en el Mas Blanc.
El personal de la casa intenta hacer las cosas fáciles y tener siempre un sí por respuesta, velando por el confort y tranquilidad de los huéspedes con trato próximo y familiar, para hacer la estancia más agradable y plena.
En recepción, disponen de secador, plancha de cabello, plancha para la ropa y teléfono para emergencias, puesto que el aislamiento natural del lugar y la firme constitución del edificio suponen una cobertura exigua a las instalaciones.
Asimismo, pueden disfrutar de Wi-Fi gratuito, calefacción central de biomasa y televisor propio en sus aposentos.